8 de noviembre de 2014

Damascos, leche de melón y maca andina

Volvieron los melones! Un invierno de idas y vueltas se fue de pronto y en los 38 grados de estas últimas semanas maduraron los primero frutos de primavera. Es extraño ver convivir los cítricos que aún quedan de la temporada fría con los embelezantes melones y sandías. Irresistibles los damascos, me vine a casa con la bolsa de compras repleta de estos aromas afrodisíacos. 


No pude decidirme cuál comer primero y a cuál postergar... así que me los he comido todos! con las semillas del melón hice una leche supersaludable que procesé junto a medio kilo de damascos. Siguiendo el baile local, le aguegué maca andina y algarroba de la que recolecté el año pasado. Y como siempre, a beberlo al sol. 



18 de mayo de 2014

Desayuno de andinista

Un poquito más cerca del cielo: ayer subí el cerro Lomas Blancas  (3850 msnm), que es parte del cordón del Plata. Mezcla de sol y viento nos acompañó en la subida y en el bolsillo siempre cacao, nueces e higos. En la cumbre frutas y una mezcla de pera, spirulina y algarroba para conectar con ese azul infinito del aire de mis cielos cuyanos.

Y esta mañana, a reponer energías con esta fabulosa crema de peras, pasas de arándanos y cacao, con un cucharón de maca y nueces picaditas encima. Y a estirar esos gemelos agradecidos de funcionar tan maravillosamente.

No hay montaña que no se suba con amor.


19 de abril de 2014

Espirulina, pera y canela: puro amor!

Cuando empiezas con cambios de alimentación, los sabores se te pueden hacer cuesta abajo; el amargo de las hojas, el picante de algunos condimentos, lo astringente de ciertas frutas...
La espirulina parece ser de las que más cuesta, así que aquí viene mi receta para amigarse con esta alga maravillosa:


  • 4 peras hermosas (es muy importante que sean bellas, que las empieces a comer con los ojos). Según la temporada, puede ser cualquier otra fruta dulce, aquí es otoño y las peras se ofrecen sensualmente desde los árboles.
  • 1 cucharadita de espirulina (y si te resulta muy terrible, arranca con media cucharita o menos, para que se diluya en el abrazo de la pera).
  • 1 cucharadita de algarroba (puede ser otro endulzante, como panela o stevia. El dulce camufla el sabor fuerte del alga).
  • 1 cucharadita de canela, porque sí, porque me encanta!!! 


Todo a la máquina con un buen chorro de agua, hasta que quede cremoso y suave. Y a beberlo al sol!

13 de abril de 2014

Jugo de tunas y sol!

Todos duermen en mi casa y yo, despacito, voy hasta la cocina y exprimo un limón. Me gusta beberlo en el patio, con todo el solcito nuevo colándose dentro del vaso.
Es un domingo especial, me digo, haré algo especial! Me pongo los patines y así preparo mi desayuno: jugo de tunas de nopal.
Pelar la fruta con maña es importante para no llenarse de pinchos: cortar las puntas y luego abrirla a la mitad, sólo la cáscara. Luego retirar la gruesa piel y ahí está la fruta bonita y dulce. A la licuadora con un chorrito de agua fresca!
Cuelo antes de servir este elixir dorado, para separar las semillas.
Y en mi patines, ruedo hasta el patio y me bebo este vaso lleno de sol y oro. Salud!



2 de marzo de 2014

Alimentarse de amor

Ayer he ido a conocer unas personas maravillosas, de esas que abrazan con intensidad y permanecen en el vínculo más de lo políticamente correcto 
Mari y Azucena promueven las huertas orgánicas y la recuperación de las semillas locales. La vida hizo que nos encontráramos en una curva del camino y agradezco cada minuto por ello. 

Llovía y hacía frío aunque es verano, pero las ganas que tenía de estar allí desvanecían el clima y lo tornaban hermoso: lluvia que hace brotar la vida del suelo, que lava los cielos y nos nutre. El exceso de agua, dijo Azucena, había saturado los tomates y fuimos a la huerta a cosecharlos. Los había de diferentes variedades, tamaños, formas y colores. Asociados con albahacas y pimientos, el almuerzo estaba allí entre las hileras, no hacía falta ningún aparato, simplemente estirar la mano y sentir la caricia fresca de la fruta turgente. 
Me llené del mejor alimento que existe: el amor que Mari y su familia le ponen cada día a su huerta se saborea dentro de sus frutas y verduras. Allí, en un recodo del camino en Tunuyán, acuclillada con los pies en el barro, me sentí una privilegiada.

Esta es la reflexión que me queda: ¿por qué comer así debe sentirse como un privilegio? El mundo está sin dudas patas arriba si esta conexión intrínseca de los humanos con la tierra resulta una rareza. ¿Por qué nos dejamos llevar sin sueños y sin energías por las rutas comerciales, tomando paquetes entre góndolas del supermercado, en vez de tomates entre las hileras perfumadas de la huerta? Tal vez no podamos erradicar la ganadería de un plumazo, pero podemos comenzar a crecer nuestra propia vida desde lo cotidiano, con unas macetas en las ventanas o con una terraza sembrada. Tenemos que reaprender a meter las manos en la tierra y llenarla de amor. Porque ese amor vuelve en sus frutos. Porque pese a todo, la tierra nos sigue amando y las oportunidades de ese vínculo siguen vibrando. Como esos abrazos de Mari y Azucena.
 

 

 


25 de febrero de 2014

Revolucionario maíz con calabaza y cúrcuma

Estaba leyendo a Marx, aquello de que la naturaleza es cuerpo inorgánico del hombre, porque necesita estar en proceso continuo con ella para no morir.
Es hora de recuperar ese vínculo necesario: orgánico, local, originario ¡el maíz latinoamericano se come crudo!

Desgranado con calabacita rallada cruda. Por encima, una crema de calabaza con cúrcuma, aceite de oliva y chorrito de agua, todo junto en la procesadora.
Piolines de pimientos dulces rojo y amarillo (los corté finito y los dejé deshidratar en la ventana un día) y un tomate en forma de estrella, como un guiño al Che.
Esto es de mi tierra, es hermoso y exquisito, y no precisa ajustes genéticos ni glifosatos cancerígenos, es perfecto así como brota del suelo ¡Toma Monsanto!

Hoy me apropio de las palabras de Antonio Ortega Martin y pongo la revolución en mi plato 


23 de febrero de 2014

Batido de banana con nuez y pimienta

He soñado el roce de una mejilla un poquito rasposa, como esas que llevan un par días sin rasurar. He sentido acercarse la boca cálida y amorosa que ofrece el beso. El resto del sueño queda a vuestra imaginación...
Dulce despertar para esta fotonovela que, sin dudarlo, suena onírica con el tema de Ghost, aquella película que aún estremece.

Bananas y nueces para el amor, nibs de cacao para la sorpresa y un poco de pimienta negra completa la magia picante.

Oh, my love, my darling
I've hungered for your touch...



16 de febrero de 2014

Smoothie de melocotón y albahaca

Cuarto día sin sol y el cuerpo me pide amarillo... 
Con música oriental honramos al maravilloso melocotón en esta cuarta fotonovela de pura energía.
Una de mis combinaciones preferidas: melocotón amarillo, ese con mucha pelusa, junto a albahaca fresca. Para potenciar: leche de semillas de melón y maca. Todo a la licuadora mientras observo un pajarito que se acicala en mi ventana.
Ideal beberlo sentada en el pasto bajo el sol de la mañana.
Lentamente y con los ojos cerrados.


5 de febrero de 2014

Harina de Algarroba

Esta vez me hice una recorrida por el barrio y encontré un algarrobo blanco.Es la época de recolección de las vainas, así que aquí les presento mi Harina de Algarroba (Prosopis Alba)Se juntan las vainas (que ya están todas en el suelo). Son muy dulces y les gustan a muchos insectos, sobre todo a las hormigas, así que parte de la recolección la compartí con algunas negras culonas que habían llegado antes que yo. Las lavé con agua y las puse a secar al hermoso sol de mi provincia, tres días.Quedan crujientes y hacen una linda percusión con las semillitas agitándose dentro de la vaina seca, perfecto para una cumbia tradicional colombiana. De ahí, derecho a la procesadora (yo usé mi licuadora y anduvo perfecto). Por tandas y con paciencia, hay que ir pasando lo procesado por un cernidor o tamiz que separa la harina del afrecho. Guardar en frascos. En el caso de esta variedad de algarroba, su sabor se comienza a perder luego de una semana.Para golosos: cuando tuve lista la harina, la mezclé con anacardos y me hice una crema dulce increíble!!! Por encima le puse nibs de cacao, que contrastan su amargo con mi dulce crema: para comer con los dedos.






Leche de semillas de sandía

Sandia, sandia calada y coloraaaaa!

Continúan las fotonovelas crudiveganas.
El episodio de hoy: Leche de semillas de sandía.
(Esta va con música de suspenso, tipo Hitchcock: Bumbum bumbum turuuuuun!!!!)

En off: "El calor esconde los seres bajo las piedras, la siesta engulle las sombras y en una habitación blanca la luz se cuela como un cuchillo por la rendija de la ventana...

Sigilosamente se acerca a la mujer que descansa en un slillón; va a saltar a su cuello!
Entonces, desde la punta de la mesa salta la coraza verde de una sandía y se interpone entre ambos. Herida de sol, cae la Sandía en un plato."

Para honrar su sacrificio, junto las semillas y le doy unas vueltas de licuadora con un vaso de agua y otro de hielo.
Y entonces... sorpresa! esta leche sabe a café!



Leche de semillas de melón

¡¡¡Señora, señor, 4 melones por 10 pesos (un euro). Llegaron los melones de Lavalle!!!

Ya estaba extrañando el carro.
Aquí, mi leche de semillas de melón en versión "fotonovela".
(sírvase el lector imaginar música de violines de fondo).

Para hacerla, es así: primero te comes el melón con todas las ganas, si no te chorrea las mejillas no vale.
Luego metes las semillas a la licuadora, con un vaso de agua fresca o con medio vaso y el resto hielo.
Le das al botón de "despacito" prrrrrrrrrrr un poquito.
Y luego al botón supervelocidad PRPRPRPRPRPPRPRRRRRRRRR!!!
Lo cuelas, lo pones en un vaso bonito y pa'dentro! Salud.